sábado, 30 de octubre de 2010

HOWARD GARDNER

Nacido en 1943, hijo de refugiados de la Alemania  Nazi, Howard Gardner inicialmente fue a la Universidad de Harvard a estudiar Historia. Después de un año en la London School of Economics, entró en el programa doctoral de psicología del desarrollo en Harvard en 1966, y posteriormente formó parte del equipo de investigación para el Proyecto Cero (un estudio a largo plazo del desarrollo intelectual y creativo humano). Su interés en la cognición humana se vio impulsado por su tutor Erik Erikson.
Gardner actualmente es profesor Hoobs de Cognición y Educación en la Harvard Graduate School of Education; profesor adjunto de Neurología en la Escuela de Medicina de la Universidad de Boston; y codirector del Proyecto Cero de Harvard. Ha obtenido muchos doctorados honorarios y numerosos premios.
Con la publicación de su libro Estructuras de la mente: la teoría de las inteligencias múltiples hace 20 años se popularizó la idea de que la inteligencia podía medirse simplemente a través de un test de cociente intelectual (CI).
El libro de Gardner popularizó la idea de que la inteligencia lógico-matemática o inteligencia “general” normalmente medida por los tests de CI tal vez no sea una buena medida del potencial de una persona. Los tests de CI quizás hayan sido razonablemente afectivos a la hora de predecir cómo te irá en las cuestiones escolares, pero no tan buenos para medir tu capacidad de componer una sinfonía, ganar una campaña política, programar un ordenador o dominar una lengua extranjera.
Gardner afirma que todos los seres humanos poseen una mezcla única de siete inteligencias a través de las cuales nos situamos ante el mundo y buscamos nuestra realización. Estas “estructuras de las mente” incluyen dos que se valoran habitualmente en la educación tradicional, tres que generalmente se asocianal arte, y dos que él llama “inteligencias personales”.
Inteligencia lingüística. Esta implica la valoración del lenguaje, la aptitud de aprender nuevos idiomas y la capacidad de utilizar el lenguaje para alcanzar ciertas metas. Los que tienen en alto grado esta inteligencia pueden ser buenos persuasores o narradores, y pueden utilizar el humor a su favor. Escritores, poetas, periodistas, abogados y políticos se encuentran entre los que es probable que tengan una elevada inteligencia lingüística.
Inteligencia lógico-matemática. Esta es la capacidad de analizar problemas, realizar operaciones matemáticas y enfocar los temas científicamente. En palabras de Gardner, implica la habilidad para detectar esquemas, razonar deductivamente y pensar con lógica. Junto a la inteligencia lingüística, es lo que miden sobre todo los tests de CI. La inteligencia lógico-matemática se halla asociada a menudo con científicos, investigadores, matemáticos, programadores informáticos, contables e ingenieros.
Inteligencia musical. Las personas con inteligencia musical piensan realmente en términos de sonidos, ritmos y patrones musicales. Abarca la habilidad en la interpretación, la composición y el aprecio de patrones musicales. Entre las ocupaciones típicas que utilizan esta inteligencia están los músicos, disc-jockeys, cantantes, compositores y críticos musicales.
Inteligencia corporal-cinestésica. Esta implica la habilidad de controlar y coordinar movimientos físicos complejos, de expresarlos en el movimiento. Esto puede incluir el lenguaje corporal, el mimo y la actuación, así como todo el abanico de actividades deportivas. La inteligencia corporal-cinestésica se supone que es especialmente alta en deportistas, bailarines, actores, malabaristas y gimnastas, pero también en profesiones en las que el equilibrio y la coordinación son fundamentales, como en el caso de los bomberos.
Inteligencia visual-espacial. Esta es la habilidad para percibir objetos en el espacio correctamente, saber “dónde deberían ir las cosas”. Los escultores y los arquitectos necesitan un alto grado de inteligencia espacial, igual que los navegantes, artistas visuales, diseñadores de interiores e ingenieros.
Inteligencia interpersonal. Es  la capacidad de comprender los objetivos, las motivaciones y los deseos de las otras personas. Desempeña un papel clave en la formación de relaciones. Los educadores, ejecutivos, vendedores, consejeros y figuras políticas son ejemplos de individuos con alta inteligencia interpersonal.
Inteligencia intrapersonal. Es la capacidad de comprender el yo con una elevada conciencia de nuestros sentimientos y motivaciones. Esta inteligencia nos ayuda a desarrollar un modelo operativo eficaz de nosotros mismos y a utilizar nuestra autocomprensión para regular nuestras vidas. Escritores y filósofos tienden a tener esta inteligencia en abundancia.
La teoría de Gardner presenta un enorme reto a los modelos educativos establecidos, pues si aceptamos la  idea de que cada persona combina una formación única de inteligencias, necesitamos un sistema educativo cuidadosamente afinado para permitir que su potencial se realice. Gardner admite que la psicología no puede dictar directamente la política educativa,  y que, en primer lugar, se requieren estudios posteriores para probar la existencia de inteligencias múltiples. Ahora bien, su  influencia general es que un sistema educativo que tiene en cuenta la singularidad de cada niño no puede ir desencaminado.
Algunos libros suyos son Estructuras de la mente: la teoría de las inteligencias múltiples; La mente sin escolarizar: cómo piensan los niños y cómo deberían enseñar los maestros (1991); Inteligencias múltiples: la teoría en la práctica (1993); La mente disciplinada: más allá de los hechos y de los tests estandarizados (1999); y Mentes flexibles, el arte y la ciencia de cambiar nuestra opinión y la de los demás (2004).

REFERENCIA

Butler-Bowdon, T. (2008). Clásicos de la psicología. Málaga: Editorial Sirio.

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